Informe Arab Watch: Gobiernos olvidan su promesas sobre derechos básicos
Los gobiernos del mundo árabe están obligados constitucionalmente a respetar los derechos económicos y sociales básicos de sus ciudadanos, pero en general dejan de cumplir ese compromiso con el paso del tiempo, según el primer Informe Arab Watch, elaborado por organizaciones de la sociedad civil de diez países de Medio Oriente y África septentrional.
La Red de ONG Árabes para el Desarrollo (ANND) presentó este primer informe regional sobre derechos económicos y sociales – dedicado en esta edición especialmente a los derechos al trabajo y a la educación – en un taller celebrado en Beirut el miércoles 9 y el jueves 10 de este mes.
El estudio se publica en tiempos de levantamientos revolucionarios en el mundo árabe, donde la situación generalizada ha sido la ausencia de libertades básicas y la violación de la dignidad y de los derechos humanos, así como la corrupción y la falta de justicia, incluida la justicia económica y social, de acuerdo con la ANND.
Estos problemas tienen su origen en el fracaso de los modelos de desarrollo implementados por los gobiernos, basado en la liberalización económica, la apertura comercial y la reducción de las funciones del Estado.
En este contexto, ANND se propuso asumir la detección de las violaciones de los derechos económicos y sociales en la región, con un enfoque que consiste en detectar, también, las políticas que llevan a los gobiernos a violar esos derechos. La intención es que el informe, que se publicará dos veces al año, aporte a la sociedad civil información que le sirva de referencia en sus campañas públicas y en la tarea de llamar a la responsabilidad a las autoridades para que cumplan con sus compromisos.
«En la arquitectura de la gobernanza internacional, entre los procesos nacionales y globales de toma de decisiones, los organismos regionales desempeñando un papel de creciente importancia», escribió Roberto Bissio, coordinador del Secretariado Internacional de Social Watch en el prólogo del Informe Arab Watch 2012. «La red global Social Watch celebra las iniciativas regionales como este primer informe árabe, que llena un vacío en momentos en que el mundo árabe advierte la necesidad de atender la voz de sus ciudadanos y en que la voz poderosa de la sociedad civil árabe surge e inspira las luchas contra todo autoritarismo.»
«ANND, que desempeña un papel importante en la articulación de las voces nacionales de la sociedad civil árabe, ha producido ya en varias ocasiones los capítulos principales del Informe de Social Watch a nivel global. Ahora amplía esa labor valiosa con la publicación de un informe regional de Social Watch completamente nuevo, lo que permite un análisis más profundo de los desafíos y las oportunidades de los países que viven procesos de cambios acelerados», agregó Bissio.
Ziad Abdel Samad, director ejecutivo de ANND, dijo en el taller en Beirut que «el valor agregado del primer Informe Arab Watch radica en el hecho de que deja de relieve los desequilibrios de los modelos económicos y sociales a nivel nacional e internacional centrándose, sin embargo, en las consecuencias que tiene la aplicación de esas políticas en la vida cotidiana de los ciudadanos y ciudadanas del mundo árabe».
«La Primavera Árabe y las protestas posteriores en Estados Unidos y en Europa indican claramente la necesidad de un modelo basado en un contexto diferente para responder a los desafíos del desempleo, la pobreza, la marginación, la justicia y los derechos humanos», comentó Samad.
El informe se concentra la situación de os derechos a la educación y al trabajo – considerados retos fundamentales en toda la región – en diez países (Jordania, Bahrein, Argelia, Marruecos, Irak, Egipto, Túnez, Palestina, Líbano y Sudán).
El desempleo ha sido identificado en la mayoría de los balances regionales como el granr desafío de la última década, y sin duda lo seguirá siendo en los próximos tiempos.
Estas son algunas de las conclusiones y propuestas de soluciones del Informe Arab Watch 2012:
• Los gobiernos de naciones pan-árabes ya están legalmente obligados por las constituciones de sus países a respetar los derechos económicos y sociales básicos, pero, en la práctica, las políticas implementadas los llevan gradualmente a dejar de lado esos compromisos.
• La seguridad y la compra de armas siguen consumiendo una porción significativa de los presupuestos de algunos países árabes, lo cual refleja una falla fundamental en las prioridades de los gobiernos.
• Cada vez que sucesivos gobiernos han adoptado una política económica de mercado, las desigualdades y la violación de los derechos económicos y sociales aumentó, especialmente respecto del derecho a la educación y al trabajo, debido a la relación directa de los servicios gozados y el nivel de ingreso. Esto confirma la evaluación reiterada por expertos y organizaciones de la sociedad civil en los diferentes países sobre la necesidad de «proteger el principio de la educación pública y gratuita como con el fin de garantizar la igualdad de oportunidades para todos, sin distinción y discriminación».
• Las mujeres y las personas con discapacidad siguen entre los grupos más desaventajados y vulnerables a la violación de sus derechos. Por lo tanto, la necesidad de adoptar una política de integración social es una necesidad urgente en el mundo árabe. Esta integración debe facilitar el goce del derecho al trabajo de las personas con discapacidad, no menos de 10%.
• Es necesario involucrar a las organizaciones de la sociedad civil, reconociendo su rol en la vigilancia en el cumplimiento de los derechos y en el desarrollo de políticas de empleo y educación, en un contexto de fortalecimiento de los mecanismos de rendición de cuentas, de participación y de profundización de la democracia local.
• Debe ponerse coto a la creciente brecha entre la educación pública y la privada, pues puede conducir a consecuencias graves como la ampliación de la desigualdad social y el surgimiento de mecanismos de discriminación.
• La ayuda internacional al sector de la enseñanza en el mundo árabe debe continuar, pero también es preciso señalar la ausencia de un proyecto integral para el futuro de los sistemas educativos de la región, así como la falta de identificación de zonas y sectores aventajados y desaventajados.
• El creciente y frágil contingente de trabajadores de la economía paralela o informal – en la cual el patrono apela a múltiples formatos de empleo y de funciones mediante contratos ocasionales o temporales, o incluso inexistentes – le abrió las puertas de par a las compañías y redes locales con ramificaciones locales o internacionales. Es necesario proteger la seguridad, la estabilidad y las condiciones de trabajo, y regular la instalación de trabajadores temporales. En consecuencia, debe acelerarse la reforma de los sistemas de seguridad social, la homogenización de los fondos de pensión y afianzamiento de los controles a gastos, inversiones y prácticas de gestión.
• Pero sigue correspondiendo a los estados árabes la principal responsabilidad por la provisión de empleos, el estudio del mercado laboral y el diseño de proyectos estratégicos importantes, a pesar de que el sector privado de muchos países de la región tiene más posibilidades de absorber mano de obra. Pero el problema radica en que parte importante de los inversores evitan colocarla sus fondos en sectores estratégicos como la agricultura y la industria pesada, y prefieren los sectores financiero e, inmobiliario y de servicios, lo cual, a su vez, profundiza la dependencia de los países del mercado mundial.
Ahmed Awad, director del Centro de Phenix de Economía y Estudios de Informática con sede en Jordania, afirmó que el Informe Arab Watch 2012 «llega en momentos en que la inmensa mayoría de los pueblos árabes se ven privados del goce de sus derechos económicos y sociales, en particular, sus derechos al trabajo y a la educación. »
«Durante las últimas décadas, los gobiernos árabes desperdiciaron la oportunidad de lograr un desarrollo sostenible por la ausencia de los principios más básicos de gobernanza, y por insistencia de grupos sociales que controlan el poder por medios antidemocráticos. Esto, a su vez, deterioró la mayoría de los indicadores de desarrollo humano del mundo árabe, bien documentados en cada uno de los informes nacionales. De hecho, el estudio revela las tristes condiciones de vida de la mayoría de la población, pero permite mantener la esperanza en que la democratización de la región iniciada en Túnez a finales de 2010, abra una nueva etapa en el camino haci,a el disfrute de los derechos humanos básicos en los pueblos árabe», dijo Awad.
Mona Ezzat, de la Fundación Nueva Mujer (Egipto), declaró que «el desempleo femenino fue tres veces mayor que el masculino, lo cual fue, en los últimos años, un factor importante de los que detonó la Revolución. Sin embargo, y aunque la participación de mujeres en las movilizaciones ha sido elevada, su presencia en cargos de dirección y de toma de decisiones se mantiene débil. Profesionales con oportunidades de mejorar también sufren la desigualdad.»
«Se precisan mecanismos que garanticen y protejan el derecho de las mujeres al trabajo, y la equidad de género en materia de derechos y deberes», concluyó.
Más información
Informe Arab Watch 2012 (en árabe y en formato PDF): http://bit.ly/TiuI0x
Fuente
ANND: http://bit.ly/Q0szG5